No suelo hablar sobre escaparatismo y diseño interior de tiendas. El tema me interesa pero lo que encuentro no acaba de gustarme, todo me parece sospechosamente parecido. Lo mismo me ocurre con bares, restaurantes, hoteles y edificios públicos en general, los veo cortados por el mismo patrón.
Para que me entendáis, me meto en la tienda de una gran cadena o franquicia, y pierdo la referencia de dónde me encuentro, si no me hablaran, no discerniría si estoy en Madrid, Tokio, Nueva York o Cáceres. Misma decoración, misma música, misma iluminación, mismo olor, mismo tipo de gente....
Y si lo extrapolamos, las grandes avenidas comerciales de las ciudades desarrolladas, donde este tipo de superficies proliferan, también me parecen estandarizadas, no veo en ellas rasgos locales que las convierta en especiales.
No es que las marcas presten poca atención al tema de la decoración, claro que lo hacen, todos los locales están cuidados, son modernos y en la mayoría de los casos su estética es más lujosas de lo que corresponde al tipo de productos que venden.
Pero para mi gusto les falta algo, eso que sólo encuentro en la tiendecitas de jóvenes diseñadores y artistas, esas que conforman el paisaje de los barrios alternativos de Berlín, Londres, París, Buenos Aires, cada vez menos de Nueva York, y que casi no existen en Madrid.
Lo que me enamora de esas tiendas es el mimo, el cariño, el cuidado y esmero con que se decoran, siempre haciendo de la necesidad virtud, con una clara intención de expresar la personalidad y estética de lo que se vende en ellas. Sobre todo, me admira su capacidad de variar constantemente de apariencia, para invitar a los compradores a entrar una y otra vez con la ilusión de encontrar nuevos productos.
Pues sí, de eso es de lo que adolecen las tiendas prestigiosas, les falta vida, movimiento, capacidad para evolucionar y adaptarse e inmediatez. Gastan montones de dinero en decoración, pero una vez hecha la inversión se quedan parados hasta que la amortizan y solo entonces se plantean cambiarla. En este proceso, pueden transcurrir años, con lo que corren el riesgo de que todo acabe siendo rancio y obsoleto.
No quiero generalizar, hay excepciones, incluso algunas marcas de lujo tienen por costumbre contar con prestigiosos decoradores e incluso artistas, para que les personalicen sus tiendas flagship (buque insignia), pero estas son una minoría, y lo suelen hacer a golpe de talonario y con intenciones de generar noticias en prensa.
Todo esto lo cuento porque el otro día me topé en The Cool Hunter, con la tienda de una prestigiosa marca de cosméticos, Aésop, que me encantó y que para mí sobresale por encima de la mediocridad que impera es este mundillo estandarizado.
Esta marca, especializada en cosmética de lujo, elaborada artesanalmente con esencias botánicas naturales, cuenta con 20 tiendas repartidas por todo el mundo. La decoración de cada una es distinta, y han sido concebidas y diseñadas individualmente para reflejas las particularidades de su ubicación.
La que me ocupa hoy es la que se acaba de inaugurar en Melbourne y que ha sido forrada de cartón industrial por el estudio de arquitectura local March Studios.
Las propias cajas de embalaje de los productos, combinadas con planchas de cartón, son los elementos en los que se sustenta toda la decoración de esta impresionante tienda y le confiere una imagen muy en la línea de los productos que se venden en ella.
Cientos de cajas están perfectamente ordenadas y apiladas en las paredes, algunas sobresalen y sirven de elemento expositivo para algunos de los productos. El resto se colocan, ordenadamente-desordenados, sobre gruesas planchas de cartón corrugado, que conforman un sólido bloque de lo más arquitectónico.
Y eso es todo, barato pero impactante. Así, cuando consideren que ha llegado el momento de revisar la decoración, no tendrán demasiados problemas para hacerlo, bastará que reciclen todo el material y a inventar algo nuevo, aunque el listón lo han dejado muy muy alto.
Las posibilidades del cartón siguen sorprendiéndome.
Las fotos se las he cogido prestadas a The Cool Hunter.
Etiquetas: almacenaje, decoración, materiales, reciclaje, todos
siii...
Yo también lo vi el otro dia en el citado blog y me quedé boquiabierta, es espectacular lo creado con un simple material como es el cartón, además esa arquitectura tan especial que han conseguido creo que nos dariamos cuenta que no estamos en Madrid ni en Jerez, por lo menos nos dariamos cuenta que estariamos en un sitio único, en un sitio por ese momento, especial. No?
Nota: Pienso leerte más a menudo!
Saludos.
Un administrador del blog ha eliminado esta entrada.
Bueno, te voy a contar que una de mis pasiones ocultas es el diseño industrial, y también el merchandising (que comparto contigo, está estancado) y te aseguro que ésta es una de las pocas exposiciones de tienda que me ha hecho tilín en los últimos meses. Gracias por hacerlo llegar hasta mí! Bueno, y hasta todos los que te leemos.
Un día prometo hacer en mi web un especial de escaparatismo de Farmacias en Alemania -que ya quisiéramos en España-
Un abrazo
Pues me alegra que os guste, a mi me pareció especial, cosa rara y por eso me decidí a contarlo.
Espero que visto el éxito no decidan adoptarla en todas sus tiendas, con eso perdería parte de su encanto.
Besos chicas.
Pero el problema es que su única justificación es un tamaño muy grande, un gran despliegue, no me parece en absoluto un uso "ingenioso" del cartón. Me parece una megalomanía "diseñística" más.
Hola Javier,
por supuesto que es un alarde estético para el que se ha utilizado el cartón y no hay en ello un atisbo de compromiso con el medio ambiente, ni nada parecido, pero estéticamente me gusta, lo prefiero a esas lámparas de araña, esos papeles pintados, cuando no esos panes de oro y demás elementos comunes a las que nos tiene acostumbrados las grandes marcas.
Besos
Como no me suelo perder un post, así que a ver si se puede aportar algo...
http://www.patiomaravillas.net/sincoste
No se porque me ha venido a la mente este sitio donde estuve el otro día. Por el Patio me paso de vez en cuando: para los que no lo conozcan es algo asi como un centro cultural okupado en el centro de Madrid, pero esto lo habían abierto nuevo.
Una pequeña "tienda" en un rinconcito sala-almacén. Con las instalaciones y las paredes pintadas, la decoración tenía un cuidado evidente, pero un resultado humilde y poco impactante.
Sin embargo, el sitio me encantó. Igual que en otros post se habla de madrigueras de cartón, esta me parecía una madriguera de ropa: en el fondo del fondo de un lugar "prohibido". Y sin embargo no impactaba, sino que acogía.
Claro, la idea ayudaba a generar el ambiente: un par de cuartitos, perchas llenas de ropa que te puedes llevar, medio almacén.
Cualquiera podría decir que es una performance (y si estuviera en el patio del conde duque asi sería...). El arte suele servir para catalogar lo inusual asi que... a lo mejor el arte como modo de vida es una alternativa, aunque inusual.
Si alguien ha ido podría opinar, porque seguramente no es para tanto, pero yo que siempre ando a vueltas con la estética y su visión antropológica, pienso por ejemplo que hay lugares que se describirían mejor con un sofá y un café caliente que con una foto.
Saludos!
Miguel,
conozco la existencia de Patio Maravillas, está en mi barrio, pero nunca he estado. Asistí a una conferencia dentro de Madrid Abierto 2008 en los que ellos contaban su proyecto y salí con la sensación de que era un colectivo en el que todos se conocían, como que era algo un poco privado, y debe ser porque soy tímida que desde entonces no me ha apetecido subir.
Pero ahora que me has contado esto voy a vencer mis tontos prejuicios y voy a acercarme a ver el espacio que me describes.
Ya te comentaré mis impresiones, siento que no pueda ser con sofá y café, pero bueno, por aquí te las dejaré.
Gracias mil por tu interesante aportación.