Es que he encontrado un proyecto, del que sólo tengo una imagen, pero que me ha parecido interesante de reseñar, siempre que el que lo vea, tenga en cuenta que es algo artístico y que no estoy hablando de diseño y usabilidad.
Se llama Wearable Forest y ha sido creado por Ryoko Ueoka, Hiroki Kobayashi y Michitaka Hirose de la Universidad de Tokio, es un vestido que interactúa con un bosque lejano.
El vestido está conectado de manera inalámbrica a un ordenador que transmite datos en tiempo real de un bosque remoto, estos datos son mandados al vestido que cambia de aspecto y reproduce sonidos dependiendo de lo que en el bosque acontece.
Según sus creadores esta pieza ofrece a los usuarios la oportunidad de sentirse unido a la naturaleza, aún cuando se esté en medio de la ciudad. El sistema de sonidos interactivos crea un sentido de unidad entre los usuarios y un paisaje sonoro a distancia.
Supongo que en la universidad de Tokio lo que se pretende es aplicar esto concepto a la ropa que usamos a diario, pero yo por ahora me quedo con la cosa artística, porque mira que llevo años viendo noticias de ropa interactiva que se ilumina, que se calienta, que transmite los sentimientos, que sirve para manejar no se cuantos aparatos... pero en la vida real, nunca me he cruzado con nadie usando nada similar.
Y es que con lo cara que es ya la ropa, si encima le metemos aditamentos tecnológicos, no nos va a dar el presupuesto ni para unos calcetines interactivos... y luego está el tema del diseño, que por mucho que luzca la prenda suelen tener formas verdaderamente espantosas...
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Hoy quiero dejar por aquí imágenes de uno de los muchos trabajos de Paul Virilio, teórico cultural, urbanista, crítico de arte, con una extenso trabajo sobre la guerra en relación a la la arquitectura y la cultura.
La obra que me ha interesado especialmente de este autor, está recopilada en su libro Bunker Archeology, un catálogo fotográfico de bunkers abandonados de la Segunda Guerra Mundial, que aún permanecen en la costa de Francia como recuerdo del Atlantikwall alemán, un extensivo sistema de fortificaciones costeras construido por el Tercer Reich a lo largo de la costa occidental de Europa, para defenderse de una posible invasión aliada.
Para este libro, Paul estudió y fotografió estas anacrónicas construcciones que aún se ven encalladas en la playa, arquitecturas medio hundida bajo la arena, con la apariencia abandonada de un tremendo animal muerto y vacío que al intentar entrar en su oscuro interior, te sientes invadido por un sentimiento de opresión...
Estas construcciones, demuestran su eficaz diseño cada día que pasa ya que continúan en el mismo sitio, rotundas y pesadas desafiando a todo el que quiere deshacerse de ellas.
A la edad de 25 años, durante unas vacaciones de verano, Paul Virilio tropezado con estas reliquias y comenzó un estudio que continuará durante 30 años. Su libro Bunker Arqueología, se publicó en 1975 y mas allá que tratarse de un libro específico sobre el tema arquitectónico, es una profunda investigación sobre la guerra y de sus estructuras, una memoria de exploración personal, la fusión de análisis técnico con cuestionamientos filosóficos.
Aquí podéis leer el prologo del libro, que desde luego invita a continuar su lectura... además os dejo fotos que he sacado de google...
Yo he conocido este trabajo aquí y aquí, de donde también he sacado algunas de las fotos.
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Hoy, siguiendo con el tema luz en el espacio público, no puedo dejar de nombrar la obra de una gran artista conceptual, Jenny Holzer que utiliza las proyecciones en el espacio público para lanzar al mundo sus mensajes subversivos e inquietantes.
En su serie Truisms (Tópicos), la artista nos asalta en la vía pública, con cuestiones de lo más trascendentes y que además tienen tantas respuestas como personas se paran a leerlas ya que lo que plantea está tan cargado de profundidad que no queda más remedio que reflexionar sobre ello.
Los mensajes se materializan en textos de luz banca y tipografía de palo, que envuelven grandes superficies, normalmente edificios públicos, que de golpe adquieren una presencia inquietante en el espacio urbano.
Sexo, violencia, amor, guerra o muerte son sus temas predilectos y hace de ellos bandera, por lo que en algunos casos su trabajo artístico se confunde con un gran activismo político que no deja de mandar llamadas de atención moral en forma de proyecciones, con la intención de despertar las conciencias sociales.
Literatura visual y arte como discurso político, esa es su manera de hacer arte...
Un gusto tremendo tener una pedazo de artista como Jenny en el ático.
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