Hoy dejo espacio a un curioso proyecto del artista y actor de performances Benjamin Verdonck, en el que, la naturaleza se mete de rondón en ciertas áreas metropolitanas donde el cemento, el cristal y el acero configuran un paisaje de modernos, altos y fríos edificios.


Este hombre tiene interesantes intervenciones en el espacio público, aunque da bastante pereza visitar su web, cosa que, a pesar de todo, os recomiendo. Yo, con el propósito que he adquirido, de hablar durante esta semana, sólo de intervenciones que se propongan poner en contacto la naturaleza con la ciudad, me quedo con su proyecto Nest que lleva desarrollando desde el 2004.


La primera vez que lo llevó a cabo fue en Bruselas, ciudad en la que un buen día los vecinos de la zona financiera se encontraron un nido de golondrina gigante, suspendido en un moderno edificio de cristal.



Durante 7 días, el artista/actor habitó el nido y representó su particular versión del mito de Prometéo, suspendido en el vacío, en un espacio frágil, poético, artesanal que contrastaba de manera brutal con el cristal y el acero que le rodeaba.


Esta misma instalación estuvo en el 2005 en Birminham y en el 2008 en Rotterdam, en contextos urbanos parecidos en ambos casos se eligió el mismo tipo de edificio y Benjamín interactuó en altura con el público que debió alucinar viendo un hombre pájaro dentro de semejante habitáculo.



Para mi sobraba lo del huevo en el asfalto, pero por lo demás la acción me pareció de lo más inquietante y provocadora.


Lo conocí hace bastante tiempo salio publicado en casi todos los blog que leo.

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